Por José Brechner
Hillary Clinton se considera por encima de la ley. Es mentirosa (basta con escuchar sus declaraciones al FBI). Ladrona (la Fundación Clinton es una máquina de robar dinero para beneficio familiar). Carga con varios cadáveres en sus espaldas (Bengasi).
Corrupta (recibió jugosas donaciones a cambio de favores). Dice ser amante de los pobres, pero en 30 años no hizo nada por ellos. Hillary es la versión norteamericana de los prepotentes socialistas del siglo 21 latinoamericanos.
Las posiciones políticas en los Estados Unidos están tan polarizadas, que pocos están viendo con claridad el terrorífico futuro que se aproxima si la Clinton es elegida. Ser Demócrata o Republicano se ha convertido en algo tan insustancialmente emocional como ser hincha de un equipo de fútbol. El fan del Barcelona nunca aplaudirá al Real Madrid, igual que el de Boca Juniors a River Plate. Pura pasión, nada de razón.
Donald Trump ha creado un revuelo que no se vio jamás en las contiendas electorales de los Estados Unidos, su posición anti-establishment generó un movimiento que arrastra un mensaje importante. La clase media blanca de valores tradicionales, está saturada de los políticos tradicionales.
Esa enorme masa de obreros pro Trump está en la derecha y por eso muchos temen ver el surgimiento de un movimiento de corte neo-nazi. Lo que no están viendo, es que esa derecha está conformada por la mayoría cristiana. No son violentos, ni gustan de la conducción arbitraria del poder.
En cambio, la izquierda, los seguidores de la Clinton, son las minorías y los socialistas de Rolex, que estuvieron provocando en las convocatorias de Trump, y son los que usan la violencia, a veces mortal, principalmente contra la policía.
Todo lo que el elector independiente teme de Trump, es lo que está haciendo la Clinton. Si los demócratas llegan al poder, el autoritarismo de Hillary superará al abuso de Obama, quien gobernó por decreto, menospreciando al congreso.
El oscurantismo sigue dominando las mentes de la sociedad cibernética. Parece que hay una relación directamente proporcional entre modernismo e ignorancia: “Mientras más modernos más ignorantes”.
Pese a cargar en el bolsillo con una computadora que tiene acceso a datos acerca de todos los acontecimientos presentes y pasados; la gente se pasa el tiempo enviando mensajes irrelevantes.
La persona promedio mira su Smartphone 74 veces al día. Si utilizara una centésima parte de ese tiempo para leer algo significativo, viviríamos en un mundo ligeramente ilustrado.
Pocos se esfuerzan en revisar los hechos de la historia para tener una idea acerca de ¿qué hicieron el partido republicano y el demócrata? Hay que saber cómo se formó el Nacional-Socialismo, el Comunismo, el Socialismo del Siglo 21. ¿Qué es el islam, cuál es su propósito?
El ISIL, Al Qaeda, Hezbollah, están en ardua labor, peleando su propia guerra religiosa y al mismo tiempo apuntando sus miras hacia América. El futuro presidente de Estados Unidos deberá lidiar con ellos, pues son su principal enemigo. Más el público no está muy inquieto acerca de este tema pues no percibe su real magnitud.
Salga quien salga elegido presidente, el Islam Radical le espera. Clinton cree que puede negociar con estos fanáticos asesinos a quienes ni siquiera quiere calificarlos como tales. Trump ofrece la alternativa contraria: El ataque fulminante. Sólo este tópico que es de vida o muerte debería dar una señal de entendimiento a los votantes indecisos para emitir su fallo, pero la gente está atenta a su celular esperando el próximo mensaje de texto, que para que sus astutas mentes lo entiendan, hay que agregarle ¡ja, ja, ja!
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