Por José Brechner
Cuando George W. Bush (bueno) atacó a Saddam Hussein (malo) dejó en Irak un ejército de soldados norteamericanos (muy buenos) para construir una democracia.
La idea fue buena pero los resultados fueron malos. Una democracia no se impone, surge de la voluntad popular y requiere de un nivel social y cultural evolutivo del que los árabes carecen.
Los sunitas (malos) gobernaban en Irak sobre la mayoría chiita (algo menos mala) y sobre los kurdos (buenos).
Obama (bueno y tonto) saca a los soldados norteamericanos de Irak (muy mala idea) y se los lleva a casa.
Los chiitas, que son la mayoría en Irak, toman el poder (teóricamente bueno) pero los sunitas (malos y enojados) que controlan el ejército, no están contentos pues pierden el dominio político (las cosas se ponen malas).
Comienzan a haber peleas entre los sunitas y chiitas (malo para todos). Como los sunitas tienen las armas, se alejan de Bagdad, conquistan más de la mitad de Irak y se unen al ISIS (recontra malísimo).
El ISIS decide atacar Siria, donde gobierna el dictador chiita-alauita Bashar al-Assad (malo, pero no tanto, ni tonto). Al-Assad está aliado con los Ayatolas de Irán (los más malos de todos) que también son chiitas.
Mientras sucedía esto, la sunita Hermandad Musulmana en Siria (muy malos, pero hicieron creer que eran buenos) estaban tratando de derrocar a Al-Assad, haciendo su “Primavera Árabe” (una mala intención con lindo nombre). La guerra civil estaba de moda.
Aprovechando que los sunitas y chiitas sirios se peleaban entre ellos, el ISIS (sunita ultra malo y egoísta) avanza en Siria, aniquilando a chiitas, sunitas, kurdos y cualquiera que no sea de su club.
Los sirios se defienden con el apoyo de Irán que tiene desplegado en Siria y el Líbano un enorme ejército de terroristas chiitas: Jizbalá (recontra ultra malo).
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan (a veces bueno y a veces malo) preocupado porque los ultra malos del ISIS están cerca de sus fronteras, pone a sus soldados en alerta (eso es bueno).
El mundo occidental (buenísimo) se siente amenazado por el ISIS (malísimo) pues si éste logra conquistar Siria se armará una pelotera mucho más mala. Sin embargo, Europa no actúa contundentemente, porque sus gobernantes (como el presidente norteamericano) son buenos pero temerosos.
Vladimir Putin (bueno cuando quiere, e inteligente) decide actuar, y tapando el vacío dejado por sus enclenques vecinos europeos, toma por primera vez en la historia rusa, el control de puertos sirios sobre el Mar Mediterráneo (geopolíticamente brillante).
Assad es amigo de Putin y está feliz de que esté en sus costas, ayudándole a lanzar misiles y a enviar aviones de guerra sobre el ISIS.
Erdogan, que puede ser muy tonto, derriba un avión ruso sin ton ni son. (Malísimo error). Putin deja de comprarle tomates y le advierte que no le tiene miedo ni a él ni a la OTAN.
La OTAN (buena) no dice ni pío sobre el avión ruso derribado por Turquía. Erdogan (tontuelo arrepentido) se da cuenta de que metió la pata, le pide perdón a Putin, pero esas cosas no se arreglan con caricias. (Putin es muy fuerte y puede ser muy malo).
Para disminuir el agravio, y aparentar ser bueno, Erdogan (malo) llama a Bibi Netanyahu (muy bueno) y le dice que quiere ser su amigo, pues Bibi es amigo de Putin (bueno) y de Europa (buena).
En el ínterin, Europa (buena y tonta) acoge a centenares de miles de refugiados sirios (malos). Obama (bueno y tonto) quiere hacer lo mismo. Los norteamericanos (muy buenos) no quieren sirios (malos) pues no son tontos.
Mientras tanto ISIS (ultra malo) recluta europeos (ultra tontos) y avanza contra Damasco. El único que efectivamente le hace frente es Putin (muy bueno) quien tiene ganas de lanzarle una bomba nuclear, para que todos comprendan que él es el más malo.
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