Por JOSE BRECHNER
Obama está indignado porque Benjamin Netanyahu fue invitado por el Portavoz del Congreso de los Estados Unidos, John Boehner, a dar un discurso en el hemiciclo sin consultarle primeramente.
El tener la mayoría del Congreso en manos republicanas, parece que envalentonó a Boehner a demostrar su poder, y no cumplió con el protocolo estipulado, que implica anunciar y coordinar anticipadamente con el Ejecutivo cuando se invita a un primer dignatario extranjero en ejercicio.
Boehner comunicó por la mañana a la Casa Blanca acerca de la invitación, el mismo día que se la hizo a Israel, más el gesto ha sido interpretado como un agravio a Obama, quien no estima a Netanyahu tanto como al Rey de Arabia Saudí.
El impasse es importante para el futuro de las relaciones entre Israel y Estados Unidos, aunque ni Israel ni Netanyahu tengan nada que ver en este tema, pues las cuestiones protocolares entre los poderes del estado son asuntos internos de cada gobierno.
Si invitas a un amigo a cenar en tu casa, y a tu mujer le incomoda que no le hayas avisado adelantadamente, no es problema del invitado, sino del invitador.
Sin embargo, Obama anda echándole la culpa a Netanyahu y anunció que no se reunirá con él. Esta debe ser la ofensa más impolítica que Israel ha sufrido de los Estados Unidos.
Netanyahau aceptó la invitación e informará al Congreso Estadounidense acerca de la amenaza nuclear Iraní, pues la vida en el mundo podría desvanecerse si los ayatolas logran plasmar su meta armamentista.
Si alguien conoce a fondo el problema islámico y lo que los musulmanes se traen entre manos, ese es Netanyahu.
Obama se maneja por su ego, más que por razones de importancia. Así son los narcisistas. Su arrogancia supera a su raciocinio; y su raciocinio no resalta por su inteligencia. Obama quiere hacer amistad con Irán (su peor enemigo) en desmedro de su mejor, leal, e incondicional amigo, que es Israel.
El estilo autoritario de Obama es perceptible también entre sus acólitos. Nancy Pelosi (líder de la minoría) dijo que todavía no sabe si los Demócratas estarán presentes en el Legislativo cuando el Primer Ministro dé su discurso, como si ella pudiese impedir a los congresales si asistir o no.
Pelosi, Kerry y Obama, son junto a otros de su equipo, los individuos de menos luces que han tenido los Estados Unidos en el gobierno en largo tiempo. No por nada los Demócratas sufrieron la derrota más avasalladora de los últimos 100 años en las últimas elecciones legislativas. Pero ni así aprenden y más bien siguen aferrándose con más fiereza a su filosofía progresista.
El mundo es más que Obama, y aunque el presidente norteamericano decida irse a jugar golf o a tomar cerveza con algún rapero, antes que reunirse con su homólogo Israelí; Netanyahu dará un importante discurso que puede cambiar el curso de la historia.
Israel puede destruir a Irán, pero millones de civiles iraníes, opositores al régimen de los Ayatolas podrían perecer. Para combatir al Ejército Iraní con armas convencionales, es necesaria la participación de los Estados Unidos. Nadie cuenta con su ultra moderno armamento ni la fortaleza de su ejército.
Lo peor de este asunto, que podía haberse manejado de forma cordial, es que los Demócratas pueden aprovechar del disgusto de su presidente, para oponerse a una intervención armada norteamericana en el Medio Oriente (es lo que quieren). Entonces el mundo entero quedará a merced de los fanáticos más oscuros y poderosos del Islam.
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