Por JOSE BRECHNER
El ISIS se convirtió en una fuerza superior a todos los grupos terroristas, porque Barack Obama abandonó a los iraquíes, dejándolos sin la supervisión ni protección del ejército norteamericano.
Apenas salieron las tropas estadounidenses, los iraquíes sunitas aprovecharon para quedarse con sus armas, es por eso que vemos a los terroristas manejando tanques que requieren de meticuloso adiestramiento para ser utilizados. Sus conductores y entrenadores son exmilitares contrarios al régimen Chií que los gobierna.
El ISIS es atractivo para los enajenados mentales del mundo, porque es la primera vez en estas últimas décadas, que se forma una gigantesca estructura terrorista, armada con artefactos bélicos que nunca tuvo ninguna otra organización sediciosa.
El ISIS ha logrado conquistar territorios enormes, ciudades populosas, armamento pesado, jets caza del ejército sirio, armas químicas y, a diferencia de ser una cofradía secreta, está abierto al reclutamiento de voluntarios.
La sensación de poder matar a quien sea, es una emoción atrayente para los descerebrados. Los nazis y los comunistas gozaban torturando y asesinando sin que nadie les pusiera freno.
Para los extremistas de la moda contemporánea, unirse al ISIS es la máxima excitación. No hay nada que eleve la adrenalina como estar en medio de un bombardeo.
La batalla se torna más atrayente cuando les venden la idea de que el ISIS va a dominar el mundo, y su líder será el todopoderoso Califa.
Estar cerca de los jefes del ISIS en esta etapa inicial puede ser el tiempo adecuado para ganarse su confianza y ascender en la nómina de futuros comandantes o inclusive de sultanes en la Europa que piensan conquistar.
Los fanáticos jóvenes de los países árabes no tienen otra diversión más que unirse a algún club de homicidas. Los turbados europeos tienen asegurada su supervivencia gracias a los beneficios estatales, de manera que no saben qué aventura emprender para agregarle sal y pimienta a la mediocridad de su diario vivir.
Los terroristas, en su generalidad, tienen entre 15 y 35 años. Los que están dentro de esa franja, quieren pertenecer al ISIS, aunque poco o nada entienden del Islam. Algunos ni siquiera son mahometanos.
Los musulmanes que no quieren al ISIS son mayores, tienen familias, trabajo, obligaciones, y pese a ser tan intolerantes como sus oponentes, temen ser sus víctimas.
En la lista de enemigos del ISIS, está primero Irán por ser Chií; segundo Arabia Saudí por ser el más rico; seguidamente están todos los gobernantes árabes y el mundo infiel.
La aprensión contra estos criminales es bien fundada. El ISIS no tiene nada para perder. Desde que apareció ha ido ganando posiciones y adeptos. Si continúa a este ritmo, no es descartable que conquiste Damasco y derroque a Bashar al-Assad.
La lucha por Damasco podría ser muy cruenta. De hecho, Hezbollah está en Siria, peleando contra los rebeldes sunitas enemigos de al-Assad, y en el Líbano, apuntando hacia los cristianos e Israel. Atacar a Israel puede servirle para desviar la atención y obtener apoyo mediático de la prensa izquierdista.
Si el ISIS logra capturar Damasco, es inimaginable la dimensión que pueden tomar los acontecimientos. Los rebeldes sunitas unidos al Estado Islámico, harían añicos a Hezbollah y se confrontarían con Irán.
En las próximas semanas parece que habrá cambios desfavorables para los moderados de la región, a menos que los Estados Unidos y los árabes envíen tropas de artillería a combatir al ISIS y Hezbollah.
La inevitable batalla contra Hezbollah puede derivar en la necesaria guerra contra Irán. En caso de darse ese escenario, Arabia Saudí, Egipto, Jordania, y los cristianos del Líbano, tendrían que formar un frente unido de defensa, inclusive considerando invitar a Israel a ser parte de la coalisión.
El ISIS es un movimiento armado poderoso, pero no es comparable con lo que es el ejército iraní. No hay que perder la perspectiva, el país más peligroso del mundo es Irán y eso tiene que mantenerse presente en la mente de todos.
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