Por JOSE BRECHNER
Barack Obama, tal como era de esperar si era reelegido, está nombrando a controversiales individuos en puestos claves de seguridad y política exterior, lanzándose hacia un peligrosísimo juego que pone en riesgo no sólo a EU, sino también a la UE, Israel y Latinoamérica.
Los dignatarios fueron escogidos no a pesar de su desfavorable actitud hacia Israel, sino precisamente porque son adversos a Israel. Obviamente según ellos, eso no es verdad, simplemente quieren la paz en el Medio Oriente pero les cuesta entender que los que no la quieren no son los israelíes sino los árabes.
Los dos flamantes miembros de su gabinete John Kerry, (Secretario de Estado), y Chuck Hagel, (Secretario de Defensa), más el nuevo Jefe de la CIA, son apaciguadores.
John Kerry es el demócrata por excelencia que quiere que “todos nos llevemos bien”. No llega a percibir los principios de intolerancia criminal que sostienen Hamas, Hezbollah y La Hermandad Musulmana.
Chuck Hagel el ex Senador Republicano por Nebraska de 66 años es ingenuo, pues considera que hay que conversar con Irán y entablar amistad con los ayatolas. Se opone a un ataque de Israel o de Estados Unidos contra Teherán así como a ponerle sanciones económicas. Este señor necesita de una ilustrativa lección sobre el Islam y su historia.
Obviamente, pese a ser ex militar, se olvidó del atentado terrorista iraní contra las barracas de su ejército en el Líbano y el secuestro de los diplomáticos de la embajada norteamericana en Teherán durante el gobierno de Jimmy Carter.
El hombre también padece de sordera, pues no escuchó las amenazas del Ayatola Khomeini, el Ayatola Alí Khamenei, ni de Mahmoud Ahmadinejad, durante los últimos 30 años, anunciando con destruir al Gran Satán, Europa e Israel, con bombas atómicas, si las llega a fabricar.
El nominado para dirigir el Pentágono, John Brennan, es un veterano de la CIA con 25 años de experiencia en el servicio de inteligencia, que sirvió de Director del Centro Nacional de Contraterrorismo durante el gobierno de George W. Bush.
En una carta personal enviada a Obama le dijo que se oponía a las técnicas de interrogación coercitiva, y ese fue el motivo por el que pidió que su nombre fuese sacado de una lista de posibles candidatos a la jefatura de la CIA en 2008, temiendo verse cuestionado sobre este tema.
Más preocupante es el hecho, que en 2009 --después del frustrado intento terrorista del nigeriano que quiso hacer explotar en la noche de navidad un avión en vuelo transatlántico que aterrizó en Detroit-- Brennan pidió que se le leyera los Derechos Miranda, que se acostumbra recitarle a un sospechoso de un delito común cuando es detenido por la policía.
Los tres designados, son fidedignos portavoces del pensamiento de Obama, que se va a jugar el todo por el todo en su emocionante gesta por producir “el cambio” que no pudo lograr en su primera gestión, y que busca convertir a los Estados Unidos en una nación parecida a una social democracia europea o a una progresía populista tercermundista, ya que entre las propuestas congresales de sus partidarios para 2013, hay una que plantea la “presidencia vitalicia”.
Los nominados por Obama deben pasar el escrutinio del Senado. Kerry no tuvo problemas porque es parte del Club Senatorial desde 1985. Hagel y Brennan están generando polémica.
Israel puede verse solitaria en su lucha contra Irán pese a las promesas de Obama quien dijo que peleará codo a codo junto al Estado Judío.
La situación afecta a Europa que está expuesta a un ataque iraní. En Latinoamérica los iraníes marchan de la mano de los gobernantes populistas con Hezbollah en la retaguardia.
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