JOSE BRECHNER
Dejando de lado los temores infundidos por el régimen autoritario bolivariano que está literalmente en coma, como su jefe, surgió una proclama pro-democrática a la que se están adhiriendo miles de personas cansadas de vivir en la miseria y opresión neocomunista.
El documento salió dirigido a todos los sectores democráticos del país y en especial “a los integrantes de las Fuerzas Armadas Nacionales”, que son hoy el factor de poder más importante en el espectro político latinoamericano, tal como fueron en el pasado.
Por cansancio de la población y de las mismas Fuerzas Armadas que llegaron a un punto de desgaste sin retorno, los militares dejaron de participar activamente en la política. Tenían razón, no era esa su función.
Pero tampoco es su función quedarse de brazos cruzados cuando sus países son invadidos por fuerzas paramilitares extranjeras, cual es el caso particular de Venezuela y en menor grado de Bolivia.
Hoy, tanto los militares venezolanos como bolivianos perciben sueldos exuberantes que los hace leales al Ejecutivo.
Alguien dijo: “No hay mejor lealtad que aquella que se puede comprar con dinero”. Suena inteligente pero es una gran estupidez. Cuando aparezca alguien con más dinero, la lealtad cambiará de lado. Y si surge alguien con principios, que valora la libertad por encima de todo, surgirá un héroe que hará historia .
El documento dice:
1. Desde hace catorce años Venezuela ha sido víctima de una invasión por parte del régimen castro-comunista cubano. Esta invasión se ha efectuado debido a que fue propiciada y amparada desde lo más alto del gobierno.
2. De manera lenta y progresiva, los cubanos han tomado control de nuestras notarías, los registros, el sistema de identificación y extranjería, la política exterior, y sectores importantes de la economía nacional. El control de los cubanos ha llegado incluso a los cuerpos policiales y a las Fuerzas Armadas, en detrimento de la seguridad y defensa del Estado.
3. Las consecuencias de la dominación castro-comunista se evidencian en todos los ámbitos del quehacer nacional. Esto ha significado, entre otros muchos males, la destrucción de nuestra industria petrolera; el desmantelamiento del aparato productivo, tanto en el campo como en la industria; la progresiva eliminación de las libertades civiles y económicas; y el avance del narcotráfico, la guerrilla y el crimen organizado.
4. Para garantizar su control sobre Venezuela, el castro-comunismo ha diseñado un sistema electoral a su medida, que le permite tergiversar la voluntad de los electores, mediante el ventajismo, el abuso, la coacción, la compra de conciencias, y un sinnúmero de vicios e irregularidades.
5. Los recursos del Estado venezolano ya no se invierten en resolver los múltiples problemas que afectan a nuestro pueblo, sino que se utilizan abiertamente para financiar la expansión del castro-comunismo en toda la región. Es por ello que una parte de la comunidad internacional, sobornada con petrodólares venezolanos, avala y legitima la invasión cubana en Venezuela.
6. Es público y notorio que el destino de los venezolanos ya no lo deciden nuestras propias autoridades, sino que se define descaradamente en La Habana, con la participación abierta de los hermanos Castro.
7. Preocupados por la desaparición física del presidente Chávez, el régimen cubano ha diseñado un mecanismo para perpetuar su control sobre Venezuela. La maniobra incluye apuntalar a un sucesor sumiso a sus intereses, Nicolás Maduro, y propiciar un “pacto” entre los diferentes sectores del PSUV, que garantice la continuidad de la injerencia cubana en nuestra nación.
8. Esta maniobra cuenta con el respaldo de varios presidentes latinoamericanos, entre ellos, los de Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Uruguay; la mayoría de los cuales no solo comparte la misma ideología y las mismas metas políticas, sino que se benefician todos de los aportes económicos que les proporciona el gobierno venezolano.
9. Todo lo anterior constituye una clara violación a la Constitución y a las leyes; configura un golpe de Estado en favor de una potencia extranjera; y significa, a la larga, la transformación del Estado venezolano en un apéndice de Cuba.
10. Pese a que nuestro planteamiento es razonable, democrático y constitucional, voceros del gobierno y algunos sectores de la oposición lo calificarán de “golpista”. Pero ocurre justamente lo contrario; golpistas son quienes han venido violando la Constitución de manera sistemática. Restablecer su vigencia es un mandato explícito, contemplado en el Artículo 333 de la Carta Magna.
Durante los próximos días se definirá si Venezuela dejará de existir como nación, para convertirse definitivamente en una colonia de Cuba; o si recuperaremos nuestra identidad y nuestro destino histórico. Estamos convencidos de que nuestras Fuerzas Armadas, respaldadas por todos los sectores de la sociedad civil, daremos un paso al frente, e impediremos la disolución de la patria.
Caracas, 10 de enero de 2013
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