JOSE BRECHNER
Las estaciones del subterráneo de New York aparecieron con afiches que dicen: “En toda guerra entre el hombre civilizado y el salvaje, apoya al hombre civilizado”. Seguidamente anuncian: “Apoye a Israel” “Derrote a la Yihad”.
Los posters fueron pegados gracias al financiamiento de la AFDI, American Freedom Defense Initiative, (Iniciativa para la Defensa de la Libertad Americana). Una de las pocas organizaciones que no tiene miedo de llamar a los enemigos de América por sus nombres.
La AFDI está dirigida por Pamela Geller una republicana cuyo blog: “La Revolución de Atlas” (título prestado de la obra de Ayn Rand) resume claramente su posición ideológica, con la que nos sentimos identificados millones de personas que cada día somos más.
Los carteles colocados en el Metro, no definen a ningún estereotipo árabe o musulmán, pero todos los musulmanes se dieron inmediatamente por aludidos. Por algo será…
Sólo los que defienden la Yihad deberían sentirse molestos, porque el rótulo es para ellos. Si hay musulmanes que no apoyan la Yihad, no debería fastidiarles para nada. Más bien deberían sentirse identificados con el mensaje. Asombrosamente, nunca oí que un mahometano salga a combatir la Yihad; ¡y vaya que he leído y escuchado cantidades de declaraciones de estos civilizados caballeros!
Ocurre que a los izquierdistas antisemitas les molesta que Israel exista, y a los salvajes yihadistas les incomoda que el mundo entero exista.
¿Quiénes son los extremistas? ¿Aquellos que defienden al Estado Judío que es una democracia ejemplar donde se permite la absoluta libertad de culto y las manifestaciones de la izquierda ponzoñosa que brega contra la subsistencia del propio estado, o aquellos que no toleran a nadie más que a los de su ideología o religión y arremeten contra la libre expresión y la democracia?
Los detractores de Geller salieron furibundamente a criticarla. Entre ellos, organizaciones y personalidades demócratas judías que son los peores enemigos del pueblo judío y de Israel. Son los estúpidos progres pseudo-humanistas, que prefieren ser víctimas de los nazi-islamistas antes que luchadores que se defienden de las atrocidades de estos neo-antisemitas.
Entre los comentarios de sus censuradores hubo una que dijo que los afiches no expresan las enseñanzas del judaísmo. Esa benevolente descerebrada debería darse la oportunidad de leer la Torá (Pentateuco) por lo menos una vez en su vida para que vea qué enseñan las Sagradas Escrituras acerca de lo que hay que hacer con los enemigos de Israel.
Pamela Geller está sentando un precedente extraordinario. El problema de la penetración islamista en América nos concierne a todos, tanto en el Norte como en el Sur del continente.
En el Sur la erupción violenta de la Yihad se dio antes que en el Norte, con los atentados a la Mutual Israelita de Argentina (AMIA) y la Embajada de Israel en Buenos Aires hace 18 años.
Desde entonces ningún gobierno argentino ha hecho algo contundente por atrapar a los asesinos; es más, si no fuese por la presión de la comunidad judía, el Ministro de Exteriores, Héctor Timerman, ya habría entablado relaciones diplomáticas con Teherán y hubiese invitado a Mahmoud Ahmadinejad al pretensioso casamiento de su hija. Vaya uno a saber si en la lista de invitados no están Ismail Haniyeh y Bashar al-Assad con quienes también comulga en ideas.
Los más vulnerables a la Yihad en América, no son los norteamericanos, sino los latinoamericanos pues los islamistas tienen apoyo gubernamental de varios países. Hezbollah tiene su base de acción continental en Venezuela. La embajada iraní más grande del mundo está en Caracas, le sigue la de Bolivia.
Paraguay y Uruguay se han plagado de inmigrantes árabes. Perú, Argentina y Brasil, no se quedan atrás. La comunidad palestina de Chile, (la más numerosa de Sudamérica) por más que sea mayoritariamente cristiana, apoya a Hamas. (En general los chilenos son inteligentes para casi todo pero en este acápite tienen una desorientación profunda). En el Caribe está desplegada la red mejor organizada de América, de terroristas islámicos traficantes de armas y drogas.
La AFDI es la institución a la que debemos imitar aquellos que valoramos la libertad y los principios judeocristianos. También deberíamos advertir a los neocomunistas latinoamericanos, que no tenemos porqué tolerar a los intolerantes.
http://josebrechner.com
Últimos comentarios