JOSE BRECHNER
Ollanta Humala se reunió a puertas cerradas con su gemelo ideológico y cultural Evo Morales durante su visita a La Paz, asegurándole que más allá del discurso moderado que adoptó circunstancialmente, su lucha es la misma y sigue siendo un fiel aliado de Hugo Chávez.
Los dos talentos, precursores del nacionalsocialismo latinoamericano autóctono, comparten el bruto deseo de crear un nuevo Tahuantinsuyo más grande que el de antaño; un Imperio Incaico que llegue por el norte hasta Ciudad Juárez y por el sur a Ushuaia.
Para ser partícipe de la corriente propulsada por este par de insignes pensadores, hay que ser indígena, de lo contrario se es un ausländer, como decía Hitler de aquellos que no eran de la raza superior; en este caso el apelativo es para los descendientes de los europeos.
Los nazis de los Andes son los nativos y los blancos son los ausländers, incluidos el Nobel Mario Vargas y su retoño Álvaro que siguiendo a su progenitor le dio su apoyo a Humala, influyendo importantemente en el voto.
El preferido de papi dijo que repatriaría sus ahorros si Humala era elegido. Pues esperamos con ansiedad por ese momento para saber dónde hay que invertir.
El pequeñín está seguro de hacer mucho dinero, ya sea porque: 1) Confía en la capacidad administrativa del presidente. 2) Calcula que la economía se va a desmoronar y puede comprar a precio bajo cuando llegue el cataclismo. 3) Hizo un arreglo con el cacique para beneficiarse con su gobierno.
Mientras los Vargas hacen planes financieros, el Inca Humala, más que en la economía, está pensando en la hegemonía.
El iluminado ario-quechua dijo que soñó toda su vida con la unión de Perú y Bolivia. ¿Por qué será que ese sueño se asemeja al de Adolf Hitler y la unión de Austria y Alemania? ¿Extraña coincidencia, verdad? Tan extraña como su hábito de vestir camisa parda, hacer el saludo nazi e imputar a los judíos de ser los dueños del mundo.
Humala de ahora en adelante pasa a ser el Inca Jefe de los Andes: el Mallku. El boliviano pasa a un plano inferior, pues sigue siendo el menos apto.
Si resucita la Confederación Perú-Boliviana, a la que no le fue nada bien en el pasado (1836-1839), el brutus bolivianensis, por default sería el segundo en mando pues no pueden coexistir dos caciques al mismo tiempo.
La historia enseña que dos reyes de un mismo territorio no son un buen augurio. A Evo le gusta ser el Number One y ese puesto no se lo quita nadie, por más que se lo pida su amo, si retorna vivo a Caracas después de los ultra modernos tratamientos médicos recibidos en Cuba.
Don Hugo Chávez, autor intelectual y financista en desgracia de los épicos acontecimientos que alumbran la diáfana mirada de los descerebrados progres latinoamericanos, espera retomar prontamente las riendas del juego y ordenar las fichas.
Humala será su sátrapa en el Suroeste, a Morales le confiará el Centro, Cristina se encargará del Este y él mismo del Norte, ocupando a su vez el cargo de Chairman of the Board. Una versión a ritmo de cumbia, huayño, lamento boliviano y tango, del Eje hitleriano.
¿Por qué los periodos de oscurantismo son repetitivos? ¿Cómo es posible que los Chavez, Morales, Humalas y Cristinas sean elegidos democráticamente?
La única explicación que nos dan los sabios es, que la mayoría de la gente se especializa en ser pasmosamente estúpida.
Aprovechando de esa condición, algunos intelectos privilegiados como los Vargas, ya sea por afinidad, resentimiento o lucro, ayudan a confundir más a los ingenuos y finalmente todos, inclusive quienes lo sustentaron, terminan siendo esclavos de un rencoroso y desvariado dictadorzuelo.
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