JOSE BRECHNER
Ocurre que como el Presidente Obama no asume el liderazgo de la rebelión contra Gadafi, tal como lo hizo contra Mubarak; (porque Gadafi es de izquierda y Mubarak conservador), y los europeos tienen agallas para tomar la iniciativa sólo cuando se trata de atacar a Israel pues no dependen de su petróleo; el mundo se olvidó del asesino libio.
Es que los izquierdistas son muy valientes y unidos contra sus aliados de derecha, pero cuando se trata de derrocar a uno de los de su ideología brotan los eufemismos protectores de las dictaduras.
La misión en Libia era derrocar a Gadafi y fomentar la democracia islamista. Absurda contradicción política y mentira descarada. Donde domina el Islam, no puede existir la democracia. Ambos son mutuamente excluyentes.
El baboso Jimmy Carter visitó Cuba para corroborarle su cariño a Los Castro. Los hermanos proponiendo reformas, se ratificaron en el poder con el apoyo de su partido y así como ese par de criminales se mantuvieron en el gobierno por medio siglo, lo mismo puede suceder con Gadafi, mientras Washington no ejecute acciones determinantes.
La desfachatez de las dictaduras izquierdistas latinoamericanas no es diferente a la de Muammar Gadafi, Bashar Al Assad o Mahmoud Ahmadinejad, por eso es peligroso que Obama sea el líder del mundo libre y vuelva a ser presidente. El daño causado por Carter cuando gobernó, fue la chispa que alentó al izquierdismo totalitario del estilo Chávez y Cía.
Mr. Obama desapareció del mapa del Medio Oriente e inició su carrera reelectoral con dos años de anticipación, para que cada presentación pública sea un acto de campaña, como si hubiésemos tenido poco de eso.
Sorpresivamente, para evitarle malestares al Nobel de la paz, la OTAN y los Estados Unidos están dispuestos a encontrar una salida pacífica para los libios. La llamaron con asombrosa originalidad: “Hoja de Ruta”. Lo que en términos políticos significa que Gadafi se podrá quedar gobernando el tiempo que le dé la gana, mientras no ataque a sus opositores y estos le provean de petróleo.
Se supone que en la OTAN está alguna de la crema intelectual del mundo guerrero, cargados con chaquetas llenas de enceguecedoras medallas. No obstante parece que siempre que los militares toman decisiones políticas, éstas son equivocadas. Y cuando los políticos toman decisiones militares más o menos ocurre lo mismo.
Pretender derrocar a un gobierno por vía aérea, sin aniquilar a la población del lugar, está entre las imbecilidades más espectaculares de la historia. Una muestra más de la falta de criterio del residente en la Casa Blanca y sus obedientes generales.
La coincidencia ideológica de Obama con Gadafi, hacen que el norteamericano no quiera actuar con contundencia y esa postura ha sido contagiada a los europeos que esperaban el liderazgo norteamericano para lanzarse a la guerra, la cual de cualquier forma es inevitable. No importa si pasa uno o 10 años. Los musulmanes y Occidente se van a encontrar en el campo de batalla.
La cuestión es, que Gadafi sigue en el gobierno. Su hijo intentó hacerse del poder. (Vaya a saberse cómo anda la relación familiar). La incompetente y costosa OTAN no es capaz de tomar decisiones. Obama sufre el dolor de Gadafi, pues él también quisiera quedarse 40 años más en Pennsylvania Avenue. Todos estos burócratas bien pagados, no hacen nada concluyente y se escudan uno detrás del otro, esperando que el jefe del mundo libre tome una decisión, que fue tomada el primer día en que surgió el conflicto.
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