JOSE BRECHNER
Sudán ha estado en guerra civil desde aproximadamente 1980, aunque los problemas entre las poblaciones del Sur y del Norte empezaron en 1950. El conflicto se originó con persecuciones y asesinatos de cristianos por parte del autocrático gobierno musulmán. Las diferencias entre ambos grupos son de carácter étnico-religioso. El Norte es principalmente árabe-musulmán; el Sur es africano-cristiano y parcialmente animista.
Nadie sabe con exactitud cuántas fueron las víctimas de la guerra. Se estima que los musulmanes asesinaron a 1.000.000 de cristianos en Darfur y se calculan en dos millones el número total de muertos hasta que se llegó a un acuerdo de paz en 2005. No obstante, la animadversión no desapareció con la firma del papel. El islam es una religión encarnada en todo individuo del Norte, no simplemente una filosofía política como la que causó la división de Alemania, Corea o Vietnam. Uno puede cuestionar a Marx, no es lo mismo cuestionar a Alá.
El 10 de Enero, cerca del 99% de los sudaneses del Sur votó en un referéndum a favor de la secesión. Fue la manera civilizada y pacífica de separarse de sus compatriotas del Norte con los que no comparten la misma tradición y visión de país.
Las Naciones Unidas, la UE, Estados Unidos y los demás vigilantes de lo que pasa en el planeta, supervisan que la secesión se haga de forma ordenada. El Sur es dueño del petróleo y el Norte quiere parte de él, por lo que se está negociando un arreglo que permita compartir en porciones iguales las ganancias de su explotación. También se está estudiando en dividir de forma ecuánime el pago de la deuda externa.
Si los africanos y los árabes que son más propensos a la violencia extrema que los sudamericanos pueden arreglar sus diferencias pacíficamente, no hay razón por la cual en Bolivia no pueda darse un proceso similar.
El Occidente de Bolivia es totalmente diferente al Oriente. Son como dos países distintos. En el Occidente vive la mayoría indígena aimara y quechua que constituyen 55% de la población boliviana. Los demás son mestizos y hay un pequeño porcentaje de blancos. El Oriente está formado por una mayoría de mestizos y blancos y pocos indígenas.
Las costumbres, tradiciones, temperamento, cultura; idiosincrasia en su conjunto, son incompatibles entre ambos grupos pese a que se hicieron todos los esfuerzos por lograr su integración. El aimara es duro de adaptarse a un ambiente diferente al suyo, el quechua es más flexible. Muchos quechuas optaron por volcarse al Oriente, particularmente por razones económicas.
Es justamente por motivos económicos que Bolivia sigue indivisible y problemática. Hasta 1970 Bolivia vivió de la producción minera que se encuentra en las montañas de Occidente. Desde los 70 en adelante la economía boliviana se diversificó y parte de ella se volcó al petróleo, el gas, la soya, el azúcar el algodón y los productos agropecuarios que se encuentran en la llanura de Oriente.
La masiva migración a las tierras tropicales, ha hecho del Oriente, especialmente de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la zona más próspera del país, que hoy es la envidia de los pueblos del altiplano boliviano. El Oriente es culturalmente occidental, mientras que el Occidente es indigenista.
En todas las elecciones de los últimos 20 años de democracia, en Oriente se ha votado por las derechas. El Oriente es competitivo, capitalista, generador de riqueza y consecuentemente vive en conflicto constante con el gobierno central que quiere forzar su anacrónico socialismo. El eventual enfrentamiento violento es sólo cuestión de tiempo.
La secesión pacífica a través de un referéndum es la solución inteligente para evitar una confrontación sangrienta. Sin embargo, una convocatoria a un referéndum en las condiciones actuales es peligrosa, porque desde que el gobierno echó al embajador de Estados Unidos del país, el narcotráfico está en auge, el dinero abunda y se esparce también por el Oriente.
Cuando hay dinero en los bolsillos la gente está feliz y cuando está feliz vota por el que les da esa felicidad, en este caso hoy el afortunado es Su Excelencia Evo Morales.
El Oriente independiente sería una nación que sin la menor duda lograría en corto tiempo superar a muchas de sus vecinas sudamericanas. Las tres provincias (departamentos) orientales comprenden más de la mitad de Bolivia, algo así como el tamaño de España.
Con su pujante vigor empresarial, su calidad humana, su elevado sentimiento de unidad, hermandad y amor a la tierra, y principalmente con su acertado sentido común, los Orientales podrían construir la nación más moderna y próspera del Sur de América. Desgraciadamente, existen muchos orientales que tienen la misma obsesión acaparadora de Morales y los indígenas de Occidente de querer ser dueños de todo y prefieren vivir en una gran Bolivia que no se entiende entre sí, en vez de en un nada pequeño Oriente que coincide en tradiciones, valores y metas.
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