JOSE BRECHNER
El mundo se enteró de la existencia del BRIC, y Buenos Aires está inundado de afiches que anuncian el sorprendente avance de las nuevas potencias económicas, de las que se revelarán sus éxitos en un programa periodístico. La sigla pegó y los comentarios están en boca de todos. Brasil cada semana avanza un puesto en la lista de los países más ricos y, según el taxista, está a punto de quitarles el primer lugar a los americanos. Los brasileros también creen lo mismo.
Toquemos tierra. Ni Brasil, Rusia, India o China, llegarán a opacar el poderío económico o la influencia cultural de los Estados Unidos. A lo máximo que pueden anhelar es a aumentar su PIB, mejorar su nivel de vida y modernizarse, en un proceso muy largo y trabajoso. Deberán concentrar todos sus esfuerzos en sacar a su gente del atraso, la incultura y la pobreza extrema, antes de aspirar a algo más. Lo que está enriqueciendo a los BRIC son sus materias primas y mano de obra barata, no su creatividad.
Estados Unidos no se convirtió en la superpotencia más colosal de la historia por sus recursos naturales, sino por el ingenio de su gente, sumado a sus principios libertarios, sus valores morales, su abierta estructura social fundada en la tolerancia, y su franco patriotismo. Nunca existió una sociedad tan innovadora, libre y juiciosa.
La filosofía política abrazada por la comunidad, es el embrión del desarrollo de los pueblos. Los estadounidenses, según Gallup, son 42% conservadores, 35% moderados y 20% izquierdistas. Eso significa que 80% son de centro derecha. Saben que el capitalismo en democracia es la clave de la prosperidad. No les gusta que el estado se meta en sus vidas, menos aún en sus negocios. Quieren ser dueños de su dinero, pagar el mínimo de impuestos, que deben usarse para brindarles protección e infraestructura general. La libertad es su derecho más preciado.
Los BRIC, con excepción de la India que es una democracia sincera, son tendientes al socialismo, aunque aprendieron, a medias, que para enriquecerse deben permitir el desenvolvimiento de la empresa privada. ¿Cuánto tiempo les durará su bondadoso gesto de dejarles trabajar en libertad a sus congéneres antes de que los impuestos desmedidos, las intrusiones fiscales, los subsidios, las inversiones estatales, o las nacionalizaciones, los lleven al estancamiento y la ruina?
Rusia todavía no se despojó de su pasado totalitario. Putin y Medvedev son de la guardia vieja. China es una dictadura comunista. Brasil es el peor de todos. Ignorancia, pobreza, progresismo, oportunismo; más corrupción y crimen que exceden la imaginación. India tiene tanta miseria, que pasarán añares hasta que mejoren las condiciones de su población. El dinero en manos de estos países no es garantía de nada.
Si los BRIC están creciendo aceleradamente, es porque están en sus albores capitalistas. Estados Unidos ya es grande, pero sigue prosperando, produciendo, y primordialmente innovando. Los BRIC lo único que saben hacer es copiar y, no necesariamente bien.
El factor trascendental e inimitable que separa a los Estados Unidos de los BRIC, es su influencia cultural, que no logró por imposición sino por aceptación. Nos gusta su música, sus ropas, sus películas, sus autores, sus programas de TV. Crecimos con el Ratón Mickey y el Conejo Bugs. Todo el entorno norteamericano es atractivo. Nos gusta su forma de vida. Ninguno del BRIC tiene algo que le apetezca al mundo con excepción de la sopa de wantón.
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