JOSE BRECHNER
Una novedosa aunque intuida revelación, sacada a luz por Dick Morris --escritor, analista político y ex asesor de Bill Clinton en la Casa Blanca-- muestra que mientras mayor es la falta de educación de una persona, más chances hay de que sea izquierdista. La proporción es de dos a uno.
La gente elige como sus gobernantes a aquellos con quienes se identifica, o sea que los tontos eligen a los tontos.
¿Pero por qué la mayoría de los tontos son izquierdistas? En síntesis, porque como no les da el cerebro para pensar por sí mismos, prefieren que otros lo hagan por ellos.
Los estratos más bajos de la sociedad son incultos e incapaces de tomar decisiones acertadas pues carecen de criterio atinado, de manera que se adhieren con facilidad a quienes buscan el poder prometiendo bregar por los menos favorecidos.
Su oferta de “redistribuir la riqueza” es admirada por los resentidos sociales, pues significa quitarles a los que tienen para darles a los que no. Es recibir las dádivas del estado paternalista sin hacer ningún esfuerzo. ¡Aleluya!
Los menos inteligentes, escogen para que los gobiernen, a quienes se encargarán de decidir sobre sus ingresos, su salud, su educación, su vivienda y todo lo que cualquier persona normal prefiere resolver por sí misma de acuerdo a sus gustos y necesidades. Al delegar su responsabilidad al estado, hipotecan su libertad, pero eso no parece importarles. Es parte de su estrecho modo de pensar.
Contrariamente, mientras más inteligente e instruida es una persona, más facultada está para remediar sus problemas económicos y vivenciales, por lo tanto, menos intrusión del gobierno o de cualquiera, desea en su vida.
Gran parte de las nuevas generaciones –aunque es un fenómeno recurrente—optó por el conformismo y la mediocridad, desistiendo de todo apetito intelectual.
En los colegios se aprobaron irracionales medidas de tolerancia por la ignorancia, haciendo que alumnos que no conocen de ortografía ni de aritmética luzcan un bachillerato. Abandonaron el aprendizaje de lo básico a las computadoras. Ni qué decir de lo más complicado.
Se estima que la mitad de los jóvenes entre 18 y 24 años en los Estados Unidos, nunca ha leído un libro por placer. Los maestros saben que es casi imposible que sus alumnos puedan concentrarse en un tema por más de 15 minutos seguidos. Darles para leer 200 páginas está más allá de lo alcanzable.
La aparición de los ebooks (libros electrónicos o digitales) está cambiando esa tendencia, 40% de 1.200 jóvenes entrevistados dijeron leer más desde que obtuvieron un Kindle, Nook o iPad. La ventaja de estos aparatos, es que permiten sostener una biblioteca en una mano. Con la conexión inalámbrica, también están accediendo a mayor número de periódicos y revistas.
Lo que se está convirtiendo en una preferencia, es leer noticias cortas e información escueta. La poesía y la prosa deleitante están desapareciendo, limitando la apreciación literaria a pocos degustadores de las palabras.
Considerando estas predilecciones y si los libros digitales se hacen masivamente populares, los electores del futuro serán menos idiotas que los que han venido votando en las elecciones de los últimos tiempos. Consecuentemente las derechas tomarán el poder.
La ecuación resuelta, indica, que los brutos votan por los brutos y los inteligentes votan por los inteligentes. Pero hay excepciones a la regla, puesto que existen individuos muy inteligentes pero que son magistralmente brutos cuando se trata de política y consecuentemente votan para que les gobiernen los imbéciles.
Los ejemplos más notables están entre los residentes de New York y California, pero la densa niebla de la estupidez progresista se extiende por todas las latitudes, atravesando por supuesto el continente americano, llegando hasta Tierra del Fuego.
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