JOSE BRECHNER
La fotografía fue elocuente. Ahí estaban ambos iconos del tercermundismo latinoamericano, aunque difieren en actividades,… por el momento…
El Che Guevara, de quien inteligentemente se prohibió su imagen en Polonia, es su héroe favorito. También embelesan a Castro, Stalin, Mao, Pol Pot, Idi Amin, Hitler. Aunque de este último prefieren no hablar. Hitler es la envidia secreta de los progres.
Los dos personajes cuyo retrato salió en todos los periódicos de América del Sur, son queridos por millones que los adulan y aplauden por más que sean tramposos, vulgares, mentirosos e ignorantes. Se definen de comunistas pero son multimillonarios pretensiosos. Son arrogantes y prepotentes. Uno es drogadicto, el otro es narcotraficante. Uno alguna vez fue un buen jugador de fútbol, el otro siempre fue un milico golpista con alma dictatorial.
¿Qué hacía Diego Maradona al lado de Hugo Chávez cuando este último estaba adelantándole por enésima vez la venidera declaración de guerra a Colombia? No es difícil de descifrar.
Maradona viajó de emergencia a Caracas a juntarse con su sabio consejero para decidir qué hacer en el futuro, porque olfateaba que no iba a continuar como DT de la selección argentina de fútbol. La AFA resolvió ese problema apropiadamente, para beneplácito del ámbito deportivo, no sólo argentino sino internacional.
Habría que estar loco para cometer el error de reelegirlo ante el sano juicio y los ojos del mundo entero, que vio el fracaso argentino como producto del incompetente manejo de su técnico.
Pero ¿qué tiene que ver con Maradona y el fútbol el gorila venezolano? …todo. Chávez es experto en hacer presidentes. Lo hizo de Evo Morales que es futbolista callejero. De Maradona ni qué decir. Diego goza de mayor popularidad que cualquiera en la Argentina. Treinta años después del mundial, 30 kilogramos más, e infinitos bochornosos sucesos, que producen más vergüenza ajena que propia, es querido por 52% de los argentinos.
La AFA inicialmente pensó en dejarlo en el puesto, pues el pueblo le condonó su deplorable rol, que hundió no sólo las expectativas argentinas y sudamericanas, sino principalmente las de los jugadores, tal vez los mejores del mundo, que si hubiesen tenido alguien capacitado que los dirigiera, probablemente se llevaban el trofeo.
Un equipo de fútbol, es tal como lo dice la palabra: “un equipo”. Es como una orquesta. La pueden conformar los mejores músicos, pero si el director no les indica cuándo y cómo tocar, en vez de música resulta un mamarracho.
Diego tuvo un momento glorioso en su juventud y hasta ahí llegó. Con los pies hizo maravillas, después todos fueron papelones. Pero la Argentina es nostálgica y emotiva y vive de glorias pasadas. El país está estancado. ¿Qué mejor oportunidad para inmiscuirse en otras arenas? Si se mantiene vigente, con la barba encanecida da una imagen más madura; y sus fanáticos adoran la cáscara.
Las posibles recomendaciones de Hugo Chávez, su mentor intelectual, fueron: Oye tú Diego, toma todo lo que te ofrezcan, y si no te dan nada, no importa. Nosotros te hacemos candidato a la presidencia o vicepresidencia, o te conseguimos por lo menos una diputación. Con Fidel te entrenamos y yo te doy la plata. Mira a Evo Morales, chico, si apenas sabe leer y escribir. Nosotros le enseñamos a hacer política y ahora es presidente. Tus compatriotas te adoran. Tal vez te ponemos de compañero de fórmula con Cristina o Néstor. Déjame que yo hablo con ellos que me deben todo.
La pesadilla podría transformarse en realidad. Nadie imaginó en Bolivia que Morales podría llegar a nada. La Argentina, que viene actuando como su vecino del norte, acorde con las otras democraduras bolivarianas, se tornó irracional hace muchas décadas y ahora está en su apogeo.
Diego es un monumento nacional. Lo pusieron de DT sólo por razones políticas; en un país que tiene por lo menos cien individuos más idóneos para el puesto. Fracasó horrendamente y lo perdonaron. ¡Maradona puede hacer lo que le da la gana!
En Bolivia un adagio popular dice: “Sobre las espaldas de los bolivianos se pueden plantar nabos”. Sobre las de los argentinos también.
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