JOSE BRECHNER
Según el NY Daily News, fueron desmentidos los rumores acerca de la posible renuncia de Rahm Emanuel a su puesto como Jefe de Gabinete de Barack Obama en los próximos meses. No obstante el Daily Telegraph tiene otra versión, y dice que Emanuel está cansado del idealismo desmedido de los asesores más cercanos a Obama, aunque muchos consideran a Emanuel como el más cercano de todos.
El Telegraph va más lejos y afirma que Emanuel no ha sido capaz de brindar, como prometía, un viaje sin baches en el Legislativo. Se escucha de voz de los insiders, que Emanuel tiene que irse a mitad de término porque las cosas no están funcionando, pero hay que conseguirle el puesto adecuado de lo contrario no se verá bonito.
Lo que los periódicos no comentan, es que la mentada renuncia podría tener vinculación con los hechos de corrupción que obligaron a la renuncia de Rod Blagojevich como gobernador de Illinois, por intentar, entre otros asuntos urticantes, vender el escaño que Obama dejó en el Senado.
Los escándalos de Blago incluyen el recibo de sobornos de amigos comunes con Obama, particularmente de Tony Rezko -- condenado a prisión-- quien le vendió a BO su casa, a un precio muy inferior al del mercado, supuestamente a cambio de favores.
El juicio a Blagojevich comenzó el 3 de Junio y la Casa Blanca está temerosa de lo que pueda revelar, porque puede obligar a Su Excelencia a sentarse en el banquillo frente al jurado. Su investidura no lo exime de esa engorrosa molestia. (Bellezas de la Constitución de los Estados Unidos).
Sensiblemente, la credibilidad de Blago está tan mellada, que los defensores de Obama podrán argüir sinnúmero de alegatos que le exonerarían de complicidad en estos asuntos. No así a Emanuel, quien fue el que mantuvo las comprometidas conversaciones telefónicas con Blago, que son motivo de investigación. De cualquier forma, el legajo es tan grueso, que durará por lo menos un año en desenrollarse.
Oficialmente, el motivo de la renuncia de Emanuel sería porque quiere compartir más tiempo con su familia. De todas las excusas para dejar un puesto importante, esa es la más estúpida y la más común.
Rambo Emanuel ganó prestigio entre los demócratas, porque fue el artífice del Acuerdo de Oslo y del acercamiento entre Yasser Arafat e Isaac Rabin durante el gobierno de Bill Clinton. El resultado de su irreal perspectiva política ha derivado en voraz odio hacia Israel, antisemitismo generalizado y legitimación del terrorismo. El desubicado Rabin, con similar ofuscada visión, obró como si Israel fuese culpable de algo más que defenderse.
La presencia actual de Rambo en la Casa Blanca no destaca por ningún logro positivo. Su presidente está con la popularidad en el fondo del mar, junto al ducto de BP que sigue vomitando petróleo, cuando su gabinete debería estar haciendo todo lo imaginable para contener el flujo, limpiar las aguas y costas, pasándole la factura a BP.
Irónicamente, más allá de todas las estupideces que hicieron o dejaron de hacer en el ámbito político, y de los embrollos legales que están en el tapete, el grasiento desastre puede ser el Waterloo de Obama y su administración.
BO anda mal en todos los flancos. Tal como se esperaba. Es que hacer política no es sólo leer discursos. Como dijo Maquiavelo: “Un príncipe que basa su poder enteramente en las palabras, sin ninguna otra preparación, cae en la ruina”.
Para que su gobierno pueda salir a flote, Mr. President debería reemplazar a todos sus ministros y asesores, con gente que el Partido Demócrata evidentemente no cuenta. Pero si hace eso, dejaría de ser El Ungido.
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