JOSE BRECHNER
¿Quiénes son los judíos, esos singulares individuos que siguen siendo el centro de atención de la humanidad desde hace casi 6.000 años, y pese a las adversidades que han sufrido, han contribuido al desarrollo humano como ningún otro pueblo?
Desde la refundación de Israel, el significado de ser judío ha tomado un nuevo cariz, puesto que hay israelís que no son judíos, y hay millones de judíos que no son israelís. Esa unión étnico-religiosa que caracterizó a la nación israelita de la diáspora está tomando un nuevo rumbo, que tuvo su parangón durante los años del Israel bíblico.
Existe evidentemente un factor genético transmitido ancestralmente, puesto que desde la perspectiva talmúdica, para ser judío hay que nacer de madre judía. Pero el judaísmo también acepta la conversión, y grandes rabinos, exégetas, y místicos, fueron conversos, o descendientes de ellos, siendo el más conocido Rabí Akiva. De manera que los judíos por elección son tan judíos como los por nacimiento.
No existe ningún pueblo que se haya mezclado tanto con otros pueblos. Hace 3.000 años, los judíos y los chinos tenían la misma población. Considerando todas las masacres y desgracias vividas por los judíos, más aquellas que sufrió la humanidad general, deberían existir por lo menos 300 millones de judíos, pero su número apenas llega a algo más de trece millones, la mayoría se diluyó en otras culturas.
Siendo un grupo tan reducido, su significativa relevancia es desproporcional a su número. Es su influencia cultural y científica lo que hace parecer que los judíos sean más.
Muchos europeos tienen sangre judía corriendo por sus venas. Sus mismos apellidos son una revelación ineludible. Schwartz en alemán o Suárez en español, es el mismo nombre surgido originalmente de un judío.
La controversia acerca de: ¿Quién es judío? ha llevado al cuestionamiento inverso: ¿Quién no es judío? Derivando ambos planteamientos en incontables argumentos, estudios, observaciones y revelaciones.
En un reportaje realizado por Luis Amiguet, a Sergio Della Pergola, Profesor de Demografía Judía de la Universidad de Jerusalén, para La Vanguardia de Barcelona, se descubren datos novedosos acerca de la realidad actual y futura del pueblo judío.
Según Della Pergola --un judío italiano que emigró a Israel-- “cada vez hay menos judíos en el mundo y son más viejos”. De acuerdo al catedrático: “JUDÍO ES QUIEN SE RECONOCE JUDÍO”.
Esta definición que difiere con la talmúdica, es la que predominará con el tiempo, puesto que existen judíos antisemitas del calibre de Noam Chomsky, y hay judíos antiisraelís como George Soros y David Axelrod.
Existen israelís que reniegan de todo vínculo religioso con el judaísmo, y hay judíos ultra-ortodoxos como los Neturei Karta, que no reconocen la existencia de Israel. En contraparte, existen gentiles sionistas que se sienten identificados con los judíos e Israel.
Asimismo están los israelís no judíos: cristianos, musulmanes, budistas o ateos, que forman parte activa de la sociedad israelí, como cualquier ciudadano en cualquier democracia occidental.
En Israel se convierten anualmente al judaísmo unas 1.500 personas. La cifra no parece significativa, pero no olvidemos, que el judaísmo no hace proselitismo. El que quiere hacerse judío es bienvenido, pero que no espere a que un rabino lo vaya a buscar. La convicción tiene que brotar de uno mismo si es legítima. Y la conversión implica observancia plena de las leyes y costumbres judías.
Las tergiversaciones acerca de quién es judío, o qué es ser judío. ¿Una raza, una religión, una cultura, o para los antisemitas: una conspiración?, surge del hecho de que por 2.000 años los que definían quién era judío fueron los demás. Hoy, en cambio, la definición de quién es judío, la hace cada judío, explica Della Pergola.
Hay judíos de padre y madre judíos que no se consideran judíos. Según la ley judía éstos son cien por ciento judíos, pero está en su derecho elegir lo que quieren ser. La ironía de estos, es que para la ley judía son judíos, y para los antisemitas también. Hitler no perdonó a nadie con ascendencia judía hasta la quinta generación.
La tasa de crecimiento de los judíos en el mundo es negativa, y en Israel por cada cuatro niños árabes, nacen 2,7 judíos. La idea de los musulmanes es dominar Israel y el mundo a través del crecimiento demográfico. Para 2020, uno de cada tres austríacos será musulmán. Austria, la cuna de Hitler y de la mayoría de los jerarcas nazis que clamaban la supremacía aria, será de las primeras en caer bajo el dominio étnico-religioso árabe.
Demografía, identidad y territorio, son los tres vectores que definen el futuro de un pueblo. No es realista creer que todos seremos ciudadanos del mundo. La globalización económica es imparable, pero la identitaria va en dirección opuesta: cada vez somos y necesitamos más nuestro grupo, según Della Pergola.
Esa necesidad de identificación y pertenencia hacen, que si bien: judío es simplemente el que se reconoce como tal, ese reconocimiento esté ligado a un mayor compromiso, que a su vez conlleva el estudio y observancia de las leyes, tradiciones y costumbres judías. Por este motivo, el número de judíos ortodoxos y tradicionalistas está aumentando en Israel y el mundo.
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