JOSE BRECHNER
“La verdadera comprensión lleva al retorno a Dios”.
– Rabí Najmán de Breslov
Israel no celebró el 2010 en Enero. Festejó el año 5770 en Septiembre, recordando el día en que Dios creó a Adán.
Al final de los tiempos, cuando se resuman históricamente los últimos 6.000 años, éstos serán reconocidos como los de “La Era Judía”. La Era Cristiana y la del Islam son parte intrínseca de ella fundamentadas en sus principios y teología.
Siendo una fuerza espiritual tan poderosa, el Judaísmo debió ser la base de la reconstrucción del Estado de Israel. Sin embargo, porque sus visionarios eran laicos, El Creador no fue tomado en cuenta en 1948. La Declaración de Independencia de Israel no menciona ni una sola vez a Dios.
Los pioneros sionistas querían un hogar para los judíos, no un hogar judío, que son dos cosas diferentes. Edificaron un país socialdemócrata de estilo europeo, no como el que estableció hace 3.000 años el Rey David y continuó su hijo Salomón, donde el Templo Sagrado era el epicentro de la actividad pública.
Los socialistas no acudieron a la Torá (Pentateuco o Biblia) para guiarse, y crear un estado con alma judía donde Dios morase entre los hombres para servir a la humanidad. Crearon un estado secular, con los defectos de quienes basan sus leyes en mutables percepciones mundanas sensibles al aplauso político.
Hoy Israel sufre las consecuencias de haber cometido ese error y su Ministro de Justicia Yaacov Neeman expresó que espera que el sistema legal sea prontamente impuesto por la Ley Bíblica. “Israel debe retomar la herencia de nuestros ancestros. La Torá contiene soluciones completas a todas las cuestiones con las que lidiamos” dijo, provocando histérico encrespamiento de las izquierdas.
Si bien gran parte del Derecho Universal se basa en los Diez Mandamientos y el Talmud, y en las cortes de Occidente se “jura por Dios”, los humanistas tergiversaron sus preceptos. Su arrogancia intelectual los hace considerarse más buenos y ecuánimes que Aquél que dio vida y sentido al universo y al hombre.
Si la Biblia dice “ojo por ojo, diente por diente”, que es una de sus enseñanzas más controvertidas, su obediencia fue rechazada porque para muchos suena vengativa en vez de justa. A cambio repiten la trillada frase de Ghandi “…todos terminaremos ciegos”. La respuesta es equivocada ya que: “Si eres clemente con el cruel, después serás cruel con el clemente”.
En Israel no existe la pena de muerte, aunque sus cárceles desborden de terroristas árabes que cuando los liberan reinciden en sus matanzas. Lo que obliga a revisar el caso del soldado Gilat Shalit secuestrado por Hamás en Gaza, el 25 de Junio de 2006 cuando tenía 19 años.
Shalit sigue prisionero de los fascistas islámicos. El gobierno israelí ofreció entregarles más de 1.000 terroristas presos a cambio de él. Pero los palestinos no están satisfechos con la propuesta y mantienen el statu quo.
¿Por qué un gobierno democrático debe negociar con mercenarios? ¿Dónde está la capacidad de represalia del ejército israelí? ¿No son capaces de realizar una operación militar para recuperar al soldado raptado? ¿Por qué no atacan Gaza y Cisjordania y toman a sus líderes de rehenes?
¿Hasta cuándo Israel va a someterse a la corrección política de minusválidos intelectuales occidentales, que tuercen los valores culturales, favoreciendo a los fanáticos islamistas en detrimento de la sanidad moral y jurídica de la humanidad?
Si se canjea a Shalit, cualquier israelí será susceptible de ser secuestrado. Un sitio afiliado al Hamás ofrece 500 dólares a quien demuestre fehacientemente que asesinó un soldado israelí. Hamás ofrece 5.000 dólares a quien logre secuestrar alguno; y las familias de los mercenarios suicidas reciben entre 25.000 y 50.000 dólares por inmolación.
El gobierno de Netanyahu, con altibajos, es consciente de que nunca va a satisfacer a sus críticos, y está obrando con mayor firmeza en su lucha contra los homicidas musulmanes.
Aunque nunca logremos saber quién o quiénes fueron los que eliminaron al terrorista y traficante de armas palestino Mahmoud al-Mabhouh en Dubai, todas las sospechas recaen sobre el Mossad debido a la perfección con que se efectuó la operación.
Si fue el Mossad, merece un aplauso. Era tiempo de que el mundo islámico entendiera que sus asesinos no quedarán impunes, estén donde estén. Dubai suponía ser el lugar más seguro de Oriente Medio, el Disneyworld árabe.
Al Mabhouh fue cofundador de las Brigadas de Azzedin Al-Qassam, el brazo armado de Hamás, responsable de más de la mitad de los crímenes cometidos en Israel en la última década.
Antes de que la izquierda descerebrada y fotogénica, representada por Yitzhak Rabin y Shimon Peres se sentara a tomar café con Yasser Arafat para repartirse otro de los inmerecidos premios Nobel de la Paz, vivíamos en un mundo más juicioso y seguro en el que no se trataba con los terroristas. No se negocia con quienes niegan tu derecho a la existencia y buscan tu aniquilación. “Ojo por ojo, diente por diente”. Así ordena Dios.
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