JOSE BRECHNER
Decir que Hugo Chávez está enfermo del cerebro no es algo que asombre a nadie. Desde que asumió el poder su insania se tornó evidente. Pero ser loco no lo hace menos peligroso.
Venezuela está pasando por el peor momento de su vida contemporánea. El que fue el país más rico de Sudamérica hoy vive una inflación imparable, hay falta de productos y está racionando energía eléctrica. Como quería el coronel, está pareciéndose a la envidiable Cuba.
Los demás bolivarianos pronto se encontrarán en las mismas o peores condiciones porque ni siquiera gozan de las multimillonarias exportaciones de petróleo de Venezuela.
Cuando las circunstancias se vuelven negras, en vez de tomar conciencia de su error y cambiar de rumbo, lo que hacen los progresistas es insistir en su testarudez porque su ideología prima sobre la cordura. Lo primero que atinó a realizar el orate, es nacionalizar los bancos, los supermercados, y cualquier negocio rentable está en la mira, porque de algún lado tiene que obtener dinero.
Su próxima aventura está más allá de su juego. Su idea inicial y final, es la guerra. Su alianza con Irán va a terminar enfrentando a Venezuela con países mucho más poderosos que ella.
Amenaza a Estados Unidos y le acusa de las imbecilidades más grandes que alguien pueda imaginar. Pero recordemos, el hombre no es normal. Su última declaración fue que el terremoto de Haití fue provocado por un arma secreta americana. Sus fantasías ya no causan gracia, son típicas de un enfermo mental grave.
Como Estados Unidos no le basta como enemigo, está enviando armas a Hezbolah en el Líbano, provocando a Israel. Cuando la guerra continúe su curso en Medio Oriente, porque Israel no puede permitir un Irán nuclear, Hezbolah atacará. Si el coronel se entromete directa o indirectamente en ese baile, le puede costar muy caro. No olvidemos que Fidel Castro enviaba tropas cubanas a África, y todo lo que sabe Chávez lo aprendió de Castro.
Para destruir al ejército venezolano, Estados Unidos necesita de una semana. Le demoró dos acabar con el iraquí que era muchísimo más poderoso y estaba más lejos.
Con siete bases militares disponibles a los norteamericanos en Colombia, el coronel no tiene chances.
Hasta ahora todas son palabras, insultos que no cesan, pero la confrontación está cada día más cercana. Es cuestión de que haya un solo acto de hostilidad bélica hacia el Tío Sam, y el señor Obama tendrá que ordenar la acción militar.
Chávez es tan diminuto en términos internacionales que no ve la dimensión de sus enemigos. Es como una hormiguita caminando sobre una mesa. Para el insecto la mesa es todo su mundo, pero basta la palma de un niño para aplastarla.
Si el teniente coronel piensa que aliándose con Irán es más fuerte, no solo se equivoca, sino que se arriesga a que el manotazo sea mayor.
Los latinoamericanos libres vienen clamando por una incursión norteamericana para acabar con los tiranos progresistas desde el primer día que estos tomaron el poder. Parece que pronto sus pedidos deberán ser escuchados.
Hubiese sido mejor un cambio civilizado en democracia, pero con gobernantes como Chávez, Morales, Correa y los demás, no se puede tener democracia. Ellos la incineraron.
www.josebrechner.com
Últimos comentarios