JOSE BRECHNER
En su nuevo estilo de política internacional, en el que se muestra amplio y comprensivo con sus enemigos, Barack Obama mantiene el pensamiento de sus antecesores cuando se trata de Al Qaida. Es que ésta no es una organización cualquiera. Si todos los grupos terroristas son peligrosos, Al Qaida es un millón de veces más que los demás. Para Osama Bin Laden, ni siquiera los musulmanes se encuentran exentos de ser volados en pedazos por sus milicianos. Para Al Qaida sólo los ultra radicales son verdaderos discípulos de Mahoma; los demás son infieles.
Barack Obama y sus asesores en materia de seguridad, parecen tener bien claro que Al Qaida sigue existiendo. Es cierto que los riesgos y amenazas del terrorismo global no se limitan a Al Qaida. Pero no es menos cierto que esa estructura terrorista continúa empeñada en perpetrar nuevos atentados espectaculares, altamente letales e incluso no convencionales en Occidente.
Asimismo, Al Qaida promueve y facilita campañas terroristas en países cuyas poblaciones son mayoritariamente musulmanas, sin olvidar la ejecución de actos de terrorismo en otras naciones africanas o asiáticas donde los seguidores del Islam constituyen minorías significativas.
El núcleo dirigente de Al Qaida y la mayoría de sus miembros se encuentran en las denominadas zonas tribales de Pakistán, adyacentes con Afganistán. Están más concretamente, aunque no exclusivamente, desde 2002, en el norte y sur de Waziristán, bajo la protección de los talibanes paquistaníes, en asociación con los talibanes afganos. Al Qaida se encuentra implicada con unos y otros, unidos por sólidos lazos étnicos y consuetudinarios, en actividades insurgentes a ambos lados de la endeble frontera.
Mientras que los talibanes afganos se benefician de la dirección y la logística de Al Qaida, los talibanes paquistaníes permiten que disponga de instalaciones para el adoctrinamiento y la capacitación terrorista de individuos reclutados dentro y fuera del mundo islámico.
En esencia, el epicentro del terrorismo global se localiza en unos remotos territorios al oeste y noroeste de Pakistán, desde donde se instigan y planifican atentados en ese país y en Afganistán. Ese espacio geográfico e Irak son los escenarios operativos preferentes del terrorismo relacionado con Al Qaida. En esos tres países la mayoría de las víctimas del terrorismo pertenece a poblaciones locales, pero también es el lugar desde donde se conciben y organizan atentados en el resto del mundo, bien sea por elementos de Al Qaida o por sus grupos afiliados.
El Departamento de Estado de Estados Unidos hizo público su informe anual sobre terrorismo en el 2008 en el que se deja constancia de que Al Qaida se refuerza en Pakistán, donde se duplicaron los atentados en relación con 2007, mientras pierde terreno en otras partes.
En el primer informe que divulga la Administración Obama --si bien gran parte de la información ha sido recabada por el Gobierno anterior-- también se cita a Irán como el “país patrocinador más activo del terrorismo”, seguido de Sudán, Siria y Cuba.
Es importante destacar que gracias a la criticada y ahora depuesta política de “Guerra Contra el Terrorismo” de George W. Bush, el año pasado los ataques terroristas declinaron en 20 por ciento y las fatalidades en 30 por ciento.
La mayor amenaza para Estados Unidos y el mundo sigue siendo Al Qaida, que ha reconstruido parte de su capacidad operativa anterior al 11/S. Precisamente, Barack Obama se refirió durante su rueda de prensa con motivo de sus cien días de gobierno, a la posibilidad de que Al Qaida se apodere del armamento nuclear de Pakistán. “Tengo confianza en que podemos garantizar que este arsenal está seguro”, agregó. No obstante, dijo, refiriéndose a la debilidad del actual Gobierno de Islamabad: “Queremos respetar su soberanía pero también admitimos que tenemos intereses estratégicos que requieren que nos aseguremos de que reine la estabilidad”.
Por lo que se refiere a la situación en Irak, el terrorismo ha perdido fuerza. Sobre Afganistán reconoce que los talibanes han recibido más dinero del narcotráfico y de fuentes del Golfo Pérsico, lo que habría elevado su capacidad de lucha. A Irán lo acusa de proporcionar armas e instrucción a Hezbolá y Hamás.
El informe asegura que España fue a lo largo del 2008 una “importante base logística y de tránsito” para las organizaciones terroristas que operan en Europa Occidental. En el caso de Cuba, dice que el régimen castrista “otorgó refugio a miembros de organizaciones terroristas” como ETA. Y también señala al país caribeño por defender públicamente a la guerrilla colombiana. El informe acusa a Venezuela de “simpatía ideológica” con las FARC y de ser “un lugar de paso potencialmente atractivo para los terroristas”.
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