JOSE BRECHNER
Entre el 16 y 18 de Julio pasados, se efectuó una reunión en Madrid denominada: Conferencia Internacional para el Dialogo Inter-religioso que fue auspiciada por el Rey Abdullah de Arabia Saudita.
Además de los musulmanes radicales que promovieron y asistieron al evento, entre los invitados de otras religiones estaban el Cardenal Julio Terrazas de Bolivia y el Secretario Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano Claudio Epelman.
Si el Cardenal Terrazas asistió es algo que hasta el momento se desconoce. En todo caso la Santa Sede debe tener una idea clara de con quiénes dialoga y sabrá elegir a sus portavoces. En el caso de Epelman, su presencia compromete a todos los judíos latinoamericanos, quienes jamás lo eligieron para ocupar ese cargo que es designado a dedo, y menos para representarlos en un “diálogo inter-religioso”, porque el Congreso Judío no es una entidad clerical.
El lazo común entre Terrazas, Epelman, otros cristianos y judíos invitados, y los musulmanes, se halla en su pensamiento político. El Cardenal fue activista de la teología de la liberación a la que hoy por lo menos oficialmente ya no se adhiere, y Epelman estuvo ligado a las corrientes extremistas del izquierdismo en Córdoba, Argentina, del que nada indica que se haya desligado. Su participación como panelista en el foro, confirma su desatino ideológico, que coincide con el de la progresía pro islámica que estuvo en Madrid.
El principal patrocinador de la conferencia fue Abdullah al-Turki, jefe de la Liga Mundial Islámica, que estuvo conectado con los acusados del atentado del 11/S y Al Qaeda, y su nombre salió a flote durante el juicio civil a los terroristas, de acuerdo a información recopilada por The Investigative Project on Terrorism.
Tanto la LMI como Turki están relacionados con grupos islámicos radicales. Turki fue grabado en video el año 2002, apoyando los bombardeos suicidas. Existe evidencia fehaciente de los vínculos entre Turki la LMI y el terrorismo islámico.
Es una vergüenza, además de un peligro para los habitantes de Latinoamérica, que cristianos y judíos se presten a legitimar con su presencia a los incitadores de la Guerra Santa.
Abdulla al-Turki es el Secretario General de la LMI, que fue creada por la familia real Saudí en 1962 para “promover la unidad islámica” y propagar la doctrina Wahhabi, causante de los desvaríos extremistas con los que se adoctrina hoy a los musulmanes.
La conferencia de Madrid pretendía congregar a más de 100 personas de más de 50 países, aunque 90 por ciento de los invitados eran musulmanes. Sin embargo las actividades de al-Turki en Madrid se iniciaron en 1999, cuando fue socio en la construcción de un proyecto con otro financista de Al Qaeda sobre el que penden varios juicios --de acuerdo a la documentación sobre el litigio entre la firma WTC Properties vs. Al Baraka-- por utilizar las utilidades de ese negocio para apoyar a dicha organización terrorista.
Los fiscales alegan que de no haber sido por el apoyo financiero de bancos, organizaciones de caridad, otras entidades y personas, los ataques del 11/S tal vez no hubiesen sucedido.
En otra conferencia organizada por al-Turki en 2002, los miembros de la Academia Islámica Fiqh de la LMI establecieron que: “terrorismo no es igual a Yijad, que tienen derecho a luchar contra los ocupadores… y aquellos que reniegan de sus compromisos o impiden a los musulmanes rezar pacíficamente”.
Una semana después del 11/S, al-Turki dijo en una entrevista radial, que la política estadounidense fue responsable de los ataques. “Los ataques son el resultado de la injusticia que se despliega en el mundo, particularmente el mundo que está dirigido por Los Estados Unidos. Ellos son los grandes responsables de la injusticia que existe hoy en el mundo”.
El lenguaje del islam radical es el mismo que el de la ultra izquierda. Los vínculos entre los Neocomunistas y la Yijad son irrefutables, y los que apoyan a unos están apoyando a los otros.
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